jueves, 30 de diciembre de 2010

Agarrate fuerte.

Dos hombres me cortaron el camino, no me dejaron pasar. Vino él me acarició la mejilla con su nariz y, con un leve movimiento de muñeca, los hizo retroceder e irse, cosa de magia, supongo. Me preguntó por mi nombre, y al lugar al que me dirija, entonces me pidió que me sujetara a él y me agarré a su brazo, su mano se posó en la mía y comenzamos a caminar por callejones. Cuando ni nueve pasos dimos, de los ladrillos de una vieja pared salieron unas masas negras brillantes que desprendían un horrible hedor. Tenían extremidades y cabeza pero no se distinguían bien. Se avalanzaron contra nosotros, él me abrazó  y dijo: "Agarrarte fuerte". Me agarré lo más fuerte que pude, y, de repente... comenzamos a elevarnos sobre aquellos seres y ascendimos por encima de los tejados de las iglesias y las casas... podía tocar con un dedo las nubes, entonces, me susurró: "Camina suavemente...", y empezamos a caminar por el cielo. Las personas que bailaban en la plaza del pueblo, parecían muñecos de una cajita de música, las vistas de los tejados eran maravillosas. Posó un pie en un adorno de la torre mas alta de una casa y se impulsó. Caminamos un poco más en el cielo y me soltó con cuidado en el balcón de la pastelería de mi hermana,
"Señorita, espero que haya disfrutado de su paseo por las nubes, ha llegado a su destino...-Dijo con una irresistible media sonrisa- Espero volver a verla, pero ahora, el deber me llama" y de un salto hacia atrás volvió por donde vino caminado por el aire. Me toqué con suavidad la mejilla donde me rozó con su fría nariz y bajé las escaleras hasta encontrarme con mi hermana.

Inspirado por: El castillo ambulante.

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