Besos vergonzosos,
que se esconden en atardeceres
deseosos de rozarte.
De acariciar tu piel.
De aparecer en tu boca.
Esa boca.
Esa que cuando sonríe
el universo se estremece.
Te envuelve algún aura
un tanto extraña.
Cuándo entras en ella,
hasta el más pequeño atisbo de tristeza
desaparece.
El cielo está verde,
por el reflejo de tus ojos en el sol,
y cuando duermes el mar está en calma
y no hay viento.
Solo una nube celosa,
se mueve.
Quisiera ser ella quien te acunara,
pero no puede.
Quisiera cantarte al oído mientras duermes
"no hay manera humana de escapar",
pero no lo logra.
Quisiera poderte despertar con un beso,
pero es nube,
pero es nube,
solo nube.
tu nube.
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